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Dejá que el dinero de tus impuestos trabaje en favor de tu piel

Sí. Sí, es cierto. Son tus impuestos (y los míos) los que pagan la investigación científica que genera toda esa biotecnología que se utiliza en los productos para el cuidado de la piel. Hay una enorme cantidad de investigación científica, más de diez mil artículos científicos, que hacen posible que puedas aplicar sobre tu piel un suero de colágeno que la hará más sana y joven.

¿Qué es la biotecnología? Según Wikipedia, “La biotecnología es un campo multidisciplinario que integra las ciencias naturales y las ciencias de la ingeniería para conseguir la aplicación de organismos, células, partes de estos y análogos moleculares para obtener productos y servicios.”

Mi definición: es la bioquímica aplicada a la vida cotidiana por medio de vacunas, medicamentos y nuevas fibras, enzimas modificadas y una miríada más de productos que aprovechan lo que la ciencia básica ha conseguido en el último siglo.

¿Por qué digo que es el dinero de nuestros impuestos el que trabaja? Al fin y al cabo, son las grandes empresas las que se enorgullecen de sus productos (y también, son las grandes empresas las que sonríen camino al banco). Un medicamento contra el cáncer puede costar 20.000 dólares o más al mes. Pero si nos fijamos en los artículos científicos en los que se basan esos medicamentos, sus autores o bien trabajaron en un centro de investigación gubernamental, como los Institutos Nacionales de Salud (NIH), o un equivalente de la Unión Europea, o reconocen en sus artículos el apoyo financiero de un instituto de investigación nacional, como los NIH en EE.UU., o el NHS en el Reino Unido, o un instituto de investigación de una universidad estatal.

En cuanto al cuidado de la piel, no te dejes confundir por las “patentes” de nuevos productos químicos de las empresas de cuidado de la piel, porque normalmente son sólo derivados de la investigación básica financiada con tus impuestos.

Es un error creer las proclamas de extractos milagrosos de plantas que rejuvenecerán tu piel o tu cuerpo. De hecho, muchas empresas ignoran antiguas investigaciones básicas que les dicen que eviten el uso de extractos de plantas tóxicas, aunque su toxicidad se conozca desde hace siglos. ¿Qué es eso? Eso se llama analfabetismo científico.

Y no esperes que la Inteligencia Artificial (IA) te diga lo que está bien y lo que no. Tal vez en el futuro llegue a existir una IA con capacidad de pensamiento humano, pero por ahora, la IA se limita a barajar palabras. Puede servir para una redacción de un ensayo de 8º grado, pero no para decirte qué ayudará a tu piel a curarse después de un accidente o una operación.

En cuanto a lo natural, recordá que hay miles de plantas que son tóxicas para el ser humano y/o dañinas cuando se las toca. O, si caíste en la trampa de Nerium, la próxima vez quizá hagas una búsqueda en Google.

El analfabetismo científico es lo que permite que cierta gente busque (y consiga) dinero dispuesto a pagar sueños imposibles (como Theranos) o a utilizar plantas venenosas
en el cuidado de la piel. El libro de Mitchell y Rook (1979) enumera numerosas referencias a la toxicidad del Nerium oleander. Ahora, es aún más fácil; no es
necesario ir a la biblioteca y leer el libro sobre productos vegetales nocivos para la piel, ¡se los puede buscar en Wikipedia!

¿Cómo se explica esto? Una mujer murió por comer hojas de morera. Escuchó por ahí que la morera sería buena para ella. Su muerte fue triste y totalmente evitable. ¿Por
qué evitable? Porque la morera se cultiva desde hace siglos por sus frutos, no por sus hojas. ¿Son buenas para la diabetes y la pérdida de peso? En este caso, las hojas de
morera eliminaron tanto la enfermedad como al paciente. Hace dos siglos, el chamán o el herborista le habrían dicho que tuviera cuidado con la morera. Hoy en día, Wikipedia
te dirá que “todas las partes de la planta, aparte del fruto maduro, contienen una savia lechosa tóxica”.

¿Por qué sigo escribiendo sobre el mismo tema? Alguien tiene que hacerlo. Mientras haya gente que caiga en la trampa de natural=bueno para el ser humano.

También me gustaría saber por qué los inversores” (supuestamente genios de las finanzas) no leen sobre la toxicidad del Nerium antes de invertir. En la Edad Media, la gente no sabía mucho, pero ahora casitodo el mundo tiene acceso a Internet y a la información de millones de artículos científicos en pocos segundos. El analfabetismo científico te costará dinero y, muy a menudo, salud.


Referencia
John Mitchell and Arthur Rook (1979) Botanical Dermatology: Plants and Plant Products Injurious to the Skin, 787 pp, Philadelphia, Lea & Febiger.

Algunos posteos útiles
¿Es mejor “natural” que “biotecnológico”?

5 razones para utilizar el extracto de la bonita (pero venenosa) planta Nerium oleander