Skip to content

Murió Stanley Cohen, quien descubrió el factor de crecimiento epidérmico (y mucho más)

Stanley Cohen murió el 5 de febrero de 2020 a los 97 años. Es quien descubrió el factor de crecimiento epidérmico. Siguió el camino de tantos inmigrantes e hijos de inmigrantes que han beneficiado a los Estados Unidos y a la humanidad con sus vidas de logros extraordinarios.

De Wikipedia
Cohen nació en Brooklyn, Nueva York, el 17 de noviembre de 1922. Era hijo de Fannie (nacida como Feitel) y Louis Cohen, un sastre. Sus padres eran inmigrantes judíos. Cohen se graduó en 1943 en el Brooklyn College con una doble especialización en química y biología. Trabajó como bacteriólogo en una planta procesadora de leche para ganarse la vida y en 1945 culminó su Maestría en Zoología del Oberlin College. Se doctoró en el departamento de bioquímica de la Universidad de Michigan en 1948.
En su trabajo con Rita Levi-Montalcini (quien recibió junto a Cohen el Premio Nobel en 1986) en la Universidad de Washington en St. Louis en la década de 1950, Cohen aisló el factor de crecimiento nervioso y luego descubrió el factor de crecimiento epidérmico. Continuó su investigación sobre los factores de crecimiento celular luego de ingresar a la Facultad de Medicina de la Universidad de Vanderbilt en 1959. Su investigación sobre los factores de crecimiento celular ha demostrado ser fundamental para comprender el desarrollo del cáncer y diseñar medicamentos anticancerígenos. Cohen se retiró de la Universidad de Vanderbilt en 1999. Asimismo, en 1983 recibió el Premio Louisa Gross Horwitz de la Universidad de Columbia junto con Rita Levi-Montalcini y la Medalla Nacional de Ciencia en 1986.

Rita Levi-Montalcini, (1909-2012), una de las colaboradoras de Stanley Cohen y co-receptora del Premio Nobel, nació en Italia, y la historia de su vida es de película. Cuando los fascistas la despidieron de su trabajo por ser judía, instaló un laboratorio en su propia habitación y continuó allí con su investigación. Cuando tuvo que esconderse en Florencia, siguió con su investigación en la habitación que compartía con otros. Sobrevivió a Mussolini y la ocupación nazi y llegó a descubrir los factores de crecimiento, beneficiando con ello inmensamente nuestras vidas (y piel). Podés verla en un documental aquí (aparece a los 55 minutos).

Me encanta leer sobre los científicos que vivieron grandes vidas e hicieron grandes descubrimientos. Me gustaría que nuestros lectores apreciaran que estos dos grandes científicos (y grandes seres humanos) no comenzaron su trabajo con el deseo de hacer descubrimientos que tuvieran aplicación práctica en productos. Hicieron investigación básica y con ello nos permitieron comprender los procesos fundamentales: ese conocimiento que acumularon y que ahora usamos para elaborar productos para la piel.

 

Traducido por la Dra Cecilia Hidalgo