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La nutrición y la piel

La nutrición puede afectar tu piel de tres maneras importantes:.

1) Una dieta estricta y/o la cirugía bariátrica.
2) El envejecimiento y la nutrición de la piel.
3) El efecto nutricional sobre el acné.

Aquí no encontrarás nada parecido a “comé chocolate y ganate una espinilla”. No hay ninguna prueba científica de esto, así que ya lo sabés.
Pero sí las hay sobre algunos efectos de la nutrición (o más bien, de la mala nutrición), que son bastante obvios. El consumo excesivo de alcohol dilata los vasos sanguíneos temporalmente, pero a la larga esos efectos se convierten en daños permanentes (y visibles): vasos sanguíneos visibles y piel manchada. Además, el consumo excesivo de alcohol generalmente está asociado a cierta desatención a la nutrición, otro factor que afecta la piel.

La falta de nutrición asociada a una dieta estricta afectará la piel incluso antes de que se empiece a perder peso. Lo mismo ocurre después de una cirugía bariátrica. Por lo tanto, es vital que si seguís una dieta de este tipo, evites al mismo tiempo el envejecimiento de la piel compensándola con “alimentación” tópica como la que proporciona nuestro suero de colágeno y los diversos sueros de lípidos. La falta de vitaminas, ácidos grasos esenciales, aminoácidos, etc. resultará en un daño duradero de la piel, incluida una pérdida importante de elasticidad. Esta es la misma razón por la que las personas que siguen una dieta estricta a menudo pierden el cabello, por lo que es importante atender también al cuero cabelludo (las pestañas y las cejas).

Una desnutrición más crónica de la piel ocurre durante el envejecimiento normal. A medida que perdemos los vasos sanguíneos que llegan a la dermis, la piel se convierte en “baja prioridad” para nuestro cuerpo a la hora de distribuir nutrientes. Depende de nosotros compensar este déficit, de lo contrario nuestra piel se volverá más delgada, más frágil y arrugada de lo que puede serlo.

Si utilizamos un sistema antioxidante como el que se encuentra en los productos de Skin Actives, también podemos mejorar las posibilidades de que nuestras células madre de la piel tengan éxito en reemplazar las células muertas de la piel.

Hay otras maneras más en que la nutrición interactúa con la piel y la investigación científica está dilucidando algunas de ellas.
Por ejemplo, en las personas diabéticas circula en la sangre una mayor concentración de glucosa. Esto promueve la glicación de las proteínas de la piel y el ADN, cambiando a ambos de manera indeseable. Para que una proteína haga su trabajo su estructura debe mantenerse intacta y la glicación modificará la estructura de manera permanente. Podés evitarlo viendo a tu médico y asegurándote de que no tenés problemas en el control de la glucosa. Las bebidas azucaradas como las gaseosas y el té de Kombucha también son problemáticas. Si tenés alguna duda, consultá con tu médico, un pinchazo rápido y sabrás si tenés que preocuparte por este aspecto en particular.

El alto consumo de azúcares también puede aumentar la incidencia de acné, por lo que hay muchas razones para controlar este aspecto de la dieta. El alto nivel de azúcar en la sangre parece tener un efecto directo en el aumento de los niveles de hormona masculina, que está presente en hombres y mujeres, y promueve la secreción de sebo y el acné. Parece que tanto la insulina como el factor de crecimiento simil-insulina promueven el acné, mediante la estimulación de la secreción de sebo y la producción de andrógenos.

En resumen: comé bien, limitá el consumo de azúcares, pero no olvides que cuanto más grande seas, más deberás “alimentar” tu piel por vía tópica, utilizando buenos productos para el cuidado de la piel.

Traducido por la Dra Cecilia Hidalgo