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Helena Rubinstein, mi heroína feminista

Su vida bien puede leerse como una serie de televisión, ¿cómo es posible que nadie la haya producido todavía? De hecho, hubo un musical y una comedia inspirados en su vida.

Chaja Rubinstein nació en 1870 en una familia judía polaca. Tuvo la suerte de haber nacido en una ciudad, Cracovia (Polonia Menor), entonces parte del imperio austrohúngaro, en una época en la que había cierta tolerancia hacia las minorías. Tuvo una buena educación e incluso comenzó a realizar estudios en la facultad de medicina. Lo que mas le gustaba era el trabajo de laboratorio, no tanto lidiar con la enfermedad y la muerte. A fines del siglo XIX, los médicos no tenían muchas herramientas y ser médico no era una profesión de dar satisfacciones. El trabajo sobre la antisepsia estaba recién en sus comienzos y los antibióticos llegarían lejos en el futuro. De manera que Chaja dejó la facultad de medicina.

Dificultades familiares y de vida convirtieron a Chaja en lo que fue: como su padre no era un hombre de negocios exitoso, ella ayudaba con la contabilidad. Por ser la mayor de ocho hijas (ningún hermano varon sobrevivió la infancia), sintió que tenía que ayudar a su familia, pero no necesariamente asumiendo las tareas del hogar. Cuando se le propuso que aceptara un matrimonio no deseado, arreglado con un viudo que la doblaba en edad, esta mujer fuerte abandonó Cracovia rumbo a Australia, donde tenía familia.

En Australia, después de trabajar en la granja de su tío, como camarera y muchas otras ocupaciones más, Chaja inició su negocio elaborando sus propias cremas con lanolina, abundante en Australia como subproducto de la industria de la lana.

Figura. Chaja alias Helena Rubinstein.

Como es sabido, el clima de Australia no favorece la piel buena y suave. Chaja comenzó a vender cremas faciales: la primera que ofreció fue una que usaba su madre, elaborada por el Dr. Jacob Lykusky, un químico húngaro que vivía en Cracovia. Lykusky la había elaborado en base a una fórmula de hierbas, esencia de almendras y extracto de la corteza del abeto de los Cárpatos (Picea abies).

(Nota por completo innecesaria, dedicada a lectores con inclinaciones filosóficas: Martin Buber era primo de Chaja Rubinstein).

Más tarde, dueña ya de un imperio del cuidado de la piel (que sobrevivió durante muchos años al imperio austríaco-húngaro), esta mujer centrada en su familia haría que sus hermanas administraran algunas de sus sucursales. Desde Melbourne hasta Londres, París, Nueva York y el resto del mundo, construyó un imperio empresarial.

Tuvo una vida rica y fecunda, la que ella eligió.

Hannah

 

Traducido por la Dra. Cecilia Hidalgo