ROS* y lo que un suero antioxidante puede hacer para proteger y curar la piel
El problema:
Para proteger tu cuerpo, la piel debe soportar un bombardeo constante de especies reactivas del oxígeno, ROS*, procedentes del exterior (que llegan a la piel a través del medio ambiente) y generadas dentro de la propia piel, ya sea como respuesta a la radiación UV incidente o formadas cuando nuestras (asombrosas pero imperfectas) mitocondrias respiran.
El sistema antioxidante de nuestras células es muy complejo, como muestra la siguiente figura. La incluyo en formato grande para que se pueda apreciar la complejidad del sistema. Se pueden ver los factores externos (UV, partículas urbanas, sustancias químicas nocivas) e internos (respiración imperfecta) que aportan ROS* y cómo dañan la célula y la piel. A la izquierda, las macromoléculas dañadas: ADN (pensemos en mutaciones y cáncer), proteínas (arrugas, trastornos de la pigmentación), lípidos (muerte celular). En negro, las ROS* contribuyentes. En azul, los sistemas capaces de desarmar las ROS*.
Figura 1. De Rinnerhaler, M., Bischof, J., Streubel, M.K., Trost, A. and Richter, K. (2015) Oxidative Stress in Aging Human Skin. Biomolecules, 5, 545-589. http://dx.doi.org/10.3390/biom5020545. Interacción entre las distintas fuentes de ROS* y los sistemas antioxidantes de la piel. Esta figura muestra que nuestro organismo dispone de sistemas antioxidantes capaces de desarmar las ROS*. Lo que no se muestra aquí (pero se discute ampliamente en este trabajo) es cómo estas defensas pueden ser insuficientes para hacer frente a la vida real, especialmente en un entorno contaminado.
ROS* en la piel y su contribución al envejecimiento cutáneo
La imagen que tenemos de una piel envejecida tiene mucho que ver con las ROS*.
En la dermis: arrugas finas debidas a la reducción del colágeno, las fibras elásticas y el ácido hialurónico. Las modificaciones de las proteínas se producen en el esqueleto, en las cadenas laterales de aminoácidos o por la formación de carbonilos. Ciertos residuos de aminoácidos son más susceptibles que otros a las modificaciones oxidativas. Algunos ejemplos son la histidina, la leucina, la metionina y la cisteína, así como la fenilalanina, la tirosina y el triptófano. Sólo las modificaciones de los aminoácidos que contienen azufre metionina y cisteína son reversibles, por ejemplo, por las enzimas glutaredoxina 1, tiorredoxina y metionina sulfóxido reductasas.
Activos que pueden ayudar
Antiinflamatorios: biofermento de algas marinas, polisacárido de Porphyridium,
Antioxidantes de bajo peso molecular: té verde EGCG, ácido hialurónico, hesperidina metil chalcona, tetrahidrocurcuminoides, extracto de Sorghum bicolor, licopeno, astaxantina, fucoxantina, polisacárido de Porphyridium.
Antioxidantes del sistema glutatión: glutatión, tiorredoxina (TRX, sH-polipéptido 2), , sh-Polipéptido-77 (Glutaredoxina (GRX)), Superóxido Dismutasa,
Producción de energía: carnitina (transporta ácidos grasos a la mitocondria para una mejor producción de energía).
Glicanos: biofermento de algas marinas, polisacárido de Porphyridium, extracto de Aloe barbadensis.
Prebióticos: biofermento de algas marinas,
Protección de la estructura proteica: carnosina (más todos los antioxidantes).
DESCARGO DE RESPONSABILIDAD: Estas afirmaciones no han sido evaluadas por la FDA y no pretenden diagnosticar, curar, tratar o prevenir ninguna enfermedad.
Traducido por la Dra. Cecilia Hidalgo