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Nos sentimos desconcertados y confundidos. ¿Por qué? ¿Qué podemos hacer al respecto? Aprendé todo lo que puedas sobre lo que está sucediendo

El síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2) y la enfermedad que causa, el coronavirus 2019 (COVID-19), ha cambiado el mundo.
Estamos desconcertados, perplejos, estupefactos, confundidos. Nunca vivimos una situación como la que estamos viviendo ahora. Lo más parecido (en mi caso) fueron las epidemias de poliomielitis de 1949, 1950, 1951, 1953. Sí, año tras año, porque las epidemias (y las pandemias) no desaparecen “milagrosamente”, aunque a veces parezca que lo hacen (volveré a este punto más tarde).

Aunque esta pandemia había sido pronosticada por muchos epidemiólogos y científicos, nos encontró sin estar preparados. Esto es impactante pero no inesperado. Tal vez está en la naturaleza humana que tendamos a engañarnos con que algo no existe si no está sucediendo en el presente.

La naturaleza no espera hasta que estemos preparados: la pandemia se produjo y aquí estamos.

Podés leer libros sobre lo que está sucediendo e incluso verlo en una película, Contagio. Cuando en 2011 vimos Contagio puede ser que hayamos tenido ese sentimiento de alivio que produce saber que se trata tan solo de una película sobre desastres y que estamos a salvo. Ver Contagio hoy lleva a un sentimiento de reconocimiento, miedo e ira.

Cuando leí “The Coming Plague: Newly Emerging Diseases in a World Out of Balance” (La próxima plaga: nuevas enfermedades emergentes en un mundo desequilibrado), me preocupé, porque sabía que Laurie Garrett tenía razón, y que tarde o temprano llegaría otra plaga. Como entiendo la ciencia en que se funda, supe que en algún momento tenía que volver a aparecer una aterradora nueva estructura del ARN de un virus, tal como ya sucedió antes. El ARN es inestable y muta, es la naturaleza del ARN que provoque estas pandemias.

Cómo prepararse para los próximos meses
Hay una manera de prepararnos para estos tiempos difíciles. Podemos leer sobre el pueblo de Eyam en Derbyshire (lo visité con mi familia) e inspirarnos por el altruismo al pueden llegar los seres humanos. O leer novelas que nos recuerden que el cielo puede caer sobre la humanidad y cambiar su curso, pero que aun así la humanidad logra sobrevivir. Los libros pueden hacer que nuestra memoria vaya muy atrás. No hay entre nosotros testigos vivos de la pandemia de gripe de 1918, pero podemos leer sobre esa pandemia y cómo infectó a unos 500 millones de personas en todo el mundo, aproximadamente un tercio de la población mundial, y mató de 20 a 50 millones de víctimas, incluyendo unos 700,000 estadounidenses.

Llamar al virus SARS-CoV-2 (en lugar de tratarlo como si tuviera una nacionalidad) nos indica que ya hay conocimiento científico sobre el virus, que no estamos volando a ciegas como lo hizo el mundo en 1918. Además, no estamos en medio de una guerra mundial (la Primera Guerra Mundial, la guerra que iba a poner fin a todas las guerras). Los gobiernos pueden haber fallado en hacer su trabajo, permitiendo que llegáramos a esta situación sin suficientes camas de hospital, máscaras, respiradores y dispositivos de protección y seguridad. Pero sí podemos contar con nuestros trabajadores de salud y científicos para hacer su trabajo y eso es bueno.

Sabemos que tomará muchos meses y que el costo será enorme, tanto en términos de vidas como de recursos. Pero llegaremos allí, a terapias científicamente probadas y vacunas efectivas.

¿Por qué estamos desconcertados? Porque nunca hemos estado en esta situación antes, porque no sabemos qué va a pasar y porque nos sentimos desprotegidos (y lo estamos).

¿Cuáles son los puntos claros y los no tan claros?
No estamos en 1918. Se debe a la intensidad y velocidad de los viajes internacionales que el virus se haya propagado tan rápidamente. Algunos gobiernos siguen siendo opacos y engañosos, y usan la propaganda para confundir a la gente en lugar de ser directos y hacer lo que es mejor.

Pero el resto es para mejor.
Los niños parecen estar bien. Hay algunas teorías sobre por qué, pero aún no han sido comprobadas.
Tenemos la ciencia. A pocas semanas de los primeros casos, todos los científicos del mundo tuvieron acceso a la secuencia de ARN del virus, lo que les permitió comenzar a preparar pruebas de detección de virus, buscar antivirales antiguos que pudieran ser eficaces para tratar a los enfermos y modificarlos químicamente para tornarlos aún más efectivos.

Los científicos comenzaron inmediatamente a trabajar en el desarrollo de una vacuna. Miles de científicos en docenas de países están trabajando en este momento en el desarrollo de una vacuna.

Y, igual de importante, los epidemiólogos saben qué hacer, cómo ganar tiempo mientras los científicos trabajan en el tratamiento y las vacunas.

Evitá que las personas esparzan y contraigan el virus mejorando la higiene y el distanciamiento social de modo de disminuir la propagación del virus. Sabemos que el distanciamiento social y la cuarentena pueden “aplanar la curva” (esto ya comenzó a suceder en Italia donde, en el día de ayer, la curva de infección ya no era exponencial) e incluso detener el contagio.

Sin embargo, recordá que si bien la infección disminuye a medida que el clima cambia, es muy probable que regrese en el otoño. Solo la vacuna, o un gran cambio en la capacidad de infección y la letalidad del virus, podrán restablecer la normalidad.

Veamos el lado positivo
Nunca es buen momento para que un virus entre en nuestras vidas, ¡pero estamos mucho mejor que en 1918! Aunque los efectos económicos y sociales de esta pandemia son terribles, la pérdida de vidas no será lo que podría haber sido (¿2.2 millones de vidas perdidas solo en los Estados Unidos?). Y, quién sabe, quizás tengamos suerte y el virus mute hacia una variante menos infecciosa y menos letal. Después de todo, mutar es lo que hace el ARN del virus. Esperemos tener suerte y que las mutaciones lo conviertan en un virus que haga solo que las personas estornuden unos pocos días y no se la tome con los pulmones.

Mientras tanto, mientras esperamos la buena suerte, lavémonos las manos, mantengamos cierta distancia entre nosotros y los posibles portadores (¡pueden no tener ningún síntoma!), quedémonos en casa y mantengámonos a salvo.

Lo que no conocemos puede hacernos daño
Hasta que los científicos aprendan más sobre el virus y la enfermedad que causa, debemos tener mucho cuidado. No den nada por supuesto. La infección viral puede darnos inmunidad a largo plazo. Puede protegernos de la re-infección. Pero aún no lo sabemos.

Limpieza
https://www.cleaninginstitute.org/coronavirus
Llevá toallitas desinfectantes cuando ingreses a un espacio público y usalas para limpiar las superficies que se tocan con frecuencia (picaportes, botones de ascensores, etc.). Si no hay toallitas desinfectantes disponibles, llevá una botella rociadora con desinfectante y toallitas de papel. Evitá viajes innecesarios. Quédate en casa.

Sé que no tocarte la cara es difícil. Yo me lavo mucho las manos y trato de evitar tocarme la cara para disminuir las posibilidades de que los virus entren en mis ojos, nariz o boca.

Cuidá tus manos. La piel quebradiza no es una buena barrera para las bacterias o los virus.
Cuidate.

Libros
Laurie Garrett (1994) Farrar, Straus y Giroux. 768 pp

You Tube. El Dr. Alfredo Miroli es una joya.

Traducido por la Dra Cecilia Hidalgo. Gracias!