Los lípidos en la vida de tu piel
Los aceites se han convertido en objeto de exageración en la publicidad sobre el cuidado de la piel, al igual que otros ingredientes. Esto no importaría mucho si no fuera porque distintos aceites pueden tener efectos diferentes en tu piel.
¿Cómo elegir un buen aceite para tu piel?
1. Pensá en nutrir tu piel y NO en las bacterias del acné.
2. ¿Buscás aliviar una afección cutánea como el eccema?
3. Lo que le importa a tu piel es la composición en ácidos grasos y NO lo bonito que pueda ser el nombre de la planta.
4. Un aceite puede contener impurezas beneficiosas, pero algunas impurezas pueden desprender un olor fuerte. Yo prefiero usar aceites purificados y añadir extras según sea necesario.
5. Vas a utilizar cantidades ínfimas de aceite; elegí el tipo en función de las necesidades de tu piel y no del precio.
6. Algunos aceites, como el de palma, pueden tener un alto costo medioambiental; intentá evitarlos.
7. Algunos ácidos grasos poliinsaturados ω-6 y su incorporación a los fosfolípidos de membrana pueden favorecer la inflamación. Otros ácidos grasos, como los ω-3 poliinsaturados, pueden disminuir la inflamación. Por ahora, esto es «teoría», se necesitan más pruebas antes de tener en cuenta este factor a la hora de elaborar fórmulas.
Aceites especiales para trabajos especiales
Masajeá las estrías con aceite de rosa mosqueta, que por sí solo ayudará a prevenirlas y a curarlas y tiene la ventaja de que puede usarse sin preocupaciones durante el embarazo y la lactancia.
Cuidar tu piel también puede ayudar a que te sientas (y te pongas) mejor más rápido.
Si tomás un baño relajante, aplicá después un poco de aceite de rosa mosqueta para que la piel no se reseque. La piel se sentirá más cómoda y te curarás antes.
Es un misterio para mí por qué el aceite de coco se ha puesto de moda: contiene muchos ácidos grasos altamente saturados, ¡así que a las bacterias del acné les encanta! Tomado por vía oral, también es muy malo para la salud; aumenta el colesterol LDL y es una causa comprobada de aterosclerosis y eventos cardiovasculares.
Siliconas: los productos para el cuidado de la piel que contienen siliconas suelen denominarse «libres de aceite». Son libres de aceite en el sentido de que la piel no puede hacer uso de las siliconas, lo cual es una ventaja si no queremos alimentar a aquella bacteria del acné pero, al mismo tiempo, estos polímeros de siloxano no aportan nutrición a la piel ni al cuero cabelludo.
Nombres de plantas (comunes y sus equivalentes en latín), sustancias químicas con nombres extravagantes como astaxantina y otros aún más difíciles de pronunciar como ácido docosahexaenoico, y mucho más. Aun así, las listas de ingredientes son de todo MENOS aburridas. Buenas o malas, son un catálogo químico de lo que estás aplicando a tu piel. En este caso, el nombre del producto te dice de qué se trata.
Los lípidos en la vida
Puede que pienses en las grasas como algo a evitar, sobre todo si tenés sobrepeso, pero los lípidos no sólo son inevitables, sino también cruciales para la vida. Varios lípidos son parte integrante de las membranas celulares; son en cierta medida responsables de las propiedades de permeabilidad que hacen que todas las membranas de nuestras células puedan funcionar correctamente, permitiendo la
entrada de algunas cosas, manteniendo otras fuera y posibilitando que algunas sustancias químicas entren y salgan según lo requiera la célula para seguir viviendo.
Necesitamos lípidos, incluidos los ácidos grasos esenciales, para que nuestras células funcionen de forma adecuada. Durante la evolución, los humanos (en realidad, los vertebrados en general) perdimos algunas enzimas por el camino, entre ellas algunas desaturasas de ácidos grasos, enzimas que eliminan dos átomos de hidrógeno de un ácido graso saturado creando un doble enlace. Por ejemplo, no podemos convertir el ácido oleico en ácido linoleico y ácido α-linolénico, ambos ácidos grasos poliinsaturados esenciales para el desarrollo. Esto cambia la disposición espacial del ácido graso. También cambia sus propiedades físicas y el comportamiento de la membrana donde se inserta ese ácido graso, incluido cómo responde a los cambios de temperatura.
No hay nada malo en los aditivos, como llamamos a los ingredientes que no poseen una actividad bioquímica evidente en las
células de nuestra piel. Sin embargo, necesitamos esos ingredientes para disolver los activos, proteger los activos de la acción de las bacterias y el moho, hacer que el producto sea agradable (no usarías un producto no agradable), etc. Ocurre que el un aceite no necesita ningún ingrediente no activo para poder hacer su trabajo. En ausencia de agua, no habrá crecimiento de bacterias ni hongos, por lo que no necesita conservantes. No necesita fragancias (si deseás una fragancia, podés usar un perfume que te guste, siempre que no tengas problemas de alergia).
Un suero basado en aceite es esencial para todo tipo de pieles, especialmente las secas, para calmarlas e hidratarlas. También ayudará a eliminar las asperezas de la piel afectada por la psoriasis. Un suero adecuado contiene los lípidos que toda piel necesita para mantener una barrera saludable contra el medio ambiente. El objetivo de este suero con todos los lípidos (no literalmente todos los lípidos, pero casi) es proporcionar una serie de nutrientes y antioxidantes que tu piel necesita para mantenerse sana.
¿Qué más agregaría? Derivados del colesterol, otro componente crucial de las membranas celulares; fitoesteroles (también lípidos), fosfatidilcolina (en la lecitina). El tocoferol y otros antioxidantes lipofílicos previenen la peroxidación lipídica en las membranas celulares y la peroxidación de otros lípidos, incluidos los que utilizamos como energía para que nuestras mitocondrias produzcan ATP y poder reductor que se utilizará para fabricar todo lo demás que necesitan nuestras células.
Referencias
Raphael, W., & Sordillo, L. M. (2013). Dietary polyunsaturated fatty acids and inflammation: the role of phospholipid biosynthesis. International journal of molecular sciences, 14(10), 21167–21188. https://doi.org/10.3390/ijms141021167
Ito, H., Asmussen, S., Traber, D. L., Cox, R. A., Hawkins, H. K., Connelly, R., Enkhbaatar, P. (2014). Healing efficacy of sea buckthorn (Hippophae rhamnoides L.) seed oil in an ovine burn wound model. Burns, 40(3), 511–519. doi:10.1016/j.burns.2013.08.011
Fritsche KL. The science of fatty acids and inflammation. Adv Nutr. 2015 May 15;6(3):293S-301S. doi: 10.3945/an.114.006940. PMID: 25979502; PMCID: PMC4424767.
DESCARGO DE RESPONSABILIDAD: Estas afirmaciones no han sido evaluadas por la FDA y no pretenden diagnosticar, curar, tratar o prevenir ninguna enfermedad.
Traducido por la Dra. Cecilia Hidalgo