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La naturaleza no ama a los humanos. Ni a nadie ni a nada, en realidad.

Muchas gracias a Marla, cliente de Skin Actives, por un enlace a este video, que le dará una idea de lo cuán no buenas para vos pueden ser las sustancias naturales.

De mi libro:
“La naturaleza está hecha de productos químicos. Muchas personas han olvidado lo que aprendieron en la escuela secundaria sobre la naturaleza y la química y se confunden cuando leen en Internet acerca de los peligros de los productos químicos sintéticos. Para algunos, el pasado puede ser una edad de oro, porque no recuerdan (la mayoría no estaban vivos) las épocas previas al descubrimiento de los antibióticos y la invención de las vacunas. Las personas que no pasan mucho tiempo en un ambiente natural pueden ver a la naturaleza como benefactora, una Madre Tierra que nos cuida y nos alimenta. Eso está bien, siempre y cuando no sigan sus instintos y traten de elaborar un producto de cuidado de la piel que contenga sólo materiales naturales. Si no saben nada de fitoquímica, pueden terminar haciendo y vendiendo (¡y las personas usándola!) una línea basada en Nerium oleander, una planta venenosa. O mezclar una loción sin agregar un conservante y encontrarse con un revoltijo verde y amarillo y de mal olor después de una semana. ¿O qué les parece un suero que contenga un extracto vegetal alergénico? ¿O un jugo de plantas fotosensibilizantes? No hay límite para los errores posibles, muchos de ellos letales, que pueden cometerse cuando se utilizan ingredientes naturales. Por eso es tan útil contar con los científicos de Skin Actives trabajando para usted. ¡Lo que no conoce bien puede hacerle daño!”

“Para aquellos que piensan que tal vez la naturaleza hizo estos productos químicos para nuestro beneficio, piense de nuevo: son parte del sistema de defensa contra los hongos. Además, en la década de 1940, se observó que los pastos de trébol rojo, una planta rica en fitoestrógeno, tenía efectos sobre la capacidad reproductora de las ovejas de pastoreo. Es probable que estas plantas hayan desarrollado las vías bioquímicas necesarias para que estos metabolitos secundarios interrumpieran el equilibrio hormonal de sus depredadores, disminuyendo las tasas de natalidad de las ovejas o cualquier animal que las tuviera como desayuno.”

Creo que la química ecológica de las plantas es fascinante:  estudia las interacciones químicas entre plantas, herbívoros y enemigos naturales de los herbívoros, así como las plantas y sus polinizadores. Estas relaciones están mediadas por sustancias químicas producidas por las plantas, y muchos ejemplos de defensas y sus efectos sobre los herbívoros demuestran la importancia evolutiva de los productos del metabolismo secundario. Los herbívoros pueden ser disuadidos de comer la planta por los metabolitos secundarios, pero pueden haber evolucionado para metabolizar y desintoxicar estos compuestos o incluso secuestrarlos para usarlos en defensa propia. Los compuestos volátiles de las plantas pueden actuar de manera de atraer a los depredadores, anunciandoles la presencia de herbívoros que son posibles presas. O el herbívoro puede haber evolucionado de manera que aas sustancias químicas defensivas de las plantas  impidan  el desarrollo de parásitos.

El hecho de que las plantas no producen metabolitos secundarios para beneficiarnos no significa que no podamos usar estos productos químicos defensivos que la planta fabricó para nuestros propios fines. Lo hacemos con muchos fitoquímicos con propiedades antivirales y antimicóticas. Pero debemos ser claros y dejar de pensar en la naturaleza como un benefactor. La naturaleza no es una diosa y la tierra no está ahí para “nosotros”, incluso si pretendemos que lo es. Al deificar la Naturaleza y la Tierra, solo estamos ayudando a dañarlas, porque perdemos la perspectiva de nuestro propio papel en el mantenimiento del ecosistema tal como es, anulando nuestra propia responsabilidad y dejando que sean las “diosas” Gaia y Naturaleza las que corrijan los problemas que nosotros provocamos.

Traducido por la Dra Cecilia Hidalgo