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¡La epidermis está cualquier cosa menos muerta!

Peyorativo, /peh yoh rah tee boh/ adjetivo: expresar desprecio o desaprobación.

Decir que la epidermis está hecha de células muertas es disminuir su importancia y promover la idea (falsa) de que está bien manipularla con dispositivos y productos químicos caros. En cualquier caso, es una mala idea usar términos peyorativos al hablar de nuestros cuerpos, y eso incluye nuestra piel.

La piel es un órgano muy complejo, el resultado de procesos evolutivos que ocurrieron a través de millones de años (podés buscar Saccorhytus en Google). La piel hace posible que los humanos sobrevivan fuera del agua. En Arizona, eso puede significar soportar como hoy un 29% de humedad relativa, lo que significa que el aire contiene solo el 29% de lo que sería necesario para saturar el aire. Para lidiar con esta sequedad las plantas tienen estomas y nosotros, los humanos, tenemos nuestra piel.

Podés leer en mi blog acerca de la intrincada secuencia de eventos que ocurren desde el momento en que te cortás un dedo mientras pelas una papa hasta que la curación se completa y parece como si nunca hubiera pasado nada. ¡Ya no te vas a referir tan despectivamente a la piel!

Veamos cómo se reconstruye continuamente la epidermis, permitiendo y reparando el daño causado por el sol, la contaminación y los accidentes.

Epidermis
La epidermis no está hecha de “células muertas”, sino que es un tejido dinámico en el que las células están en constante movimiento; las poblaciones celulares se entrecruzan y también lo hacen los melanocitos y las células de Langerhans a medida que se mueven hacia la superficie de la piel.
La epidermis está formada por cuatro capas clasificadas por la morfología y posición de las células: la capa de células basales (stratum germinativum, estrato germinativo), la capa de células escamosas (stratum spinosum, estrato espinoso), la capa de células granulares (stratum granulosum, estrato granuloso) y la capa de células cornificadas o córneas (stratum corneum, estrato córneo). Las tres capas inferiores constituyen las células nucleadas vivas. La epidermis es una capa que se renueva continuamente y da lugar a otras estructuras, como la estructura pilosebácea, las uñas y las glándulas sudoríparas. Las células basales de la epidermis experimentan ciclos de proliferación que promueven la renovación de la epidermis externa.

Los queratinocitos, que constituyen la mayoría de las células de la epidermis, tienen puentes intercelulares y grandes cantidades de citoplasma. La epidermis también contiene otras poblaciones celulares, como los melanocitos (formación de pigmentos), las células de Langerhans (involucradas en la respuesta inmune) y las células de Merkel (involucradas en el sentido del tacto y la presión). El proceso de diferenciación que ocurre cuando las células migran de la capa basal a la superficie de la piel da como resultado la queratinización, un proceso en el que el queratinocito primero atraviesa una fase sintética y luego otra de degradación. En la fase sintética, la célula acumula un suministro citoplasmático de queratina, una proteína fibrosa que sirve como parte del citoesqueleto de la célula. Los paquetes de estos filamentos de queratina convergen y terminan en la membrana plasmática formando las placas de unión intercelular conocidas como desmosomas. Los lípidos, como las ceramidas, también se sintetizan y son fundamentales para el papel de la piel como barrera contra la pérdida de agua. Durante la fase degradativa de la queratinización, se pierden los orgánulos celulares, los contenidos de la célula se consolidan en una mezcla de filamentos y envolturas de células amorfas, y la célula por fin es conocida como célula córnea o corneocito. Entonces, sí, al final las células de la piel están muertas, pero solo como resultado de un proceso complejo que involucra un metabolismo especializado y produce una barrera cutánea que evitará la pérdida de agua, la infección y la penetración de productos químicos peligrosos presentes en el medio ambiente. La piel también participa en la regulación de la temperatura corporal y nos alerta sobre peligros a través de la transmisión de sensaciones.

Capa basal
La capa basal de la epidermis contiene queratinocitos en forma de columna adheridos a la membrana basal, con un largo eje perpendicular a la dermis. Estas células basales forman una sola capa y se adhieren entre sí, así como a las células escamosas a través de uniones desmosomales. Otra característica distintiva de las células basales es la presencia de pigmento de melanina transferido desde los melanocitos adyacentes.
La capa basal es la ubicación primaria de las células madre, las células activas mitóticamente (para la mitosis, división celular) de la epidermis que formarán las células de las capas epidérmicas externas. Las células madre de la piel (como las células madre adultas en otros órganos) están limitadas porque solo pueden producir células de la piel (a diferencia de las células madre embrionarias). No todas las células basales tienen el potencial de dividirse. Las células madre epidérmicas en la capa basal son células clonogénicas con una larga vida útil que, en condiciones normales, progresan muy lentamente a través del ciclo celular. Las heridas pueden aumentar el número de células en el ciclo en la epidermis al estimular la división de las células madre. La migración de una célula basal de la capa basal a la capa cornificada en humanos tarda al menos 14 días, y el tránsito a través de la capa cornificada hacia la epidermis más externa requiere otros 14 días.

La unión epidérmica dérmica (membrana basal)

La membrana basal permite el intercambio de fluidos y células entre la dermis y la epidermis, al tiempo que los mantiene unidos. También regula la adhesión, el movimiento y el crecimiento de queratinocitos y fibroblastos, y proporciona soporte estructural para la epidermis. Aquí hay algunas proteínas elegantes y muy especializadas, como el colágeno XVII, la integrina α6β4, la laminina 111, la laminina 332 y otras más. Estas proteínas pueden ser dañadas por las ROS * provenientes del ambiente o formadas por la radiación UV que alcanza a la piel. Algunas de estas proteínas son ricas en aminoácidos que se dañan fácilmente con las ROS * y cuya oxidación hará que la proteína no pueda funcionar. Tal vez te interese saber que algunos trastornos de la pigmentación pueden ser causados o agravados por el daño a la membrana basal. Aparentemente, los melanocitos asociados con una unión dermoepidérmica dañada han cambiado de forma y funcionan mal ocasionando las llamadas “manchas por sol”.

¿Cómo puede ayudarte esta información?

Si tu epidermis está viva y es importante, tendrías que recordar que no debés someterla a procedimientos y “tratamientos” que puedan dañarla, a menos que un buen dermatólogo te lo aconseje.
Saber que la epidermis es el hogar de tus valiosas células madre de la piel es un recordatorio para que la protejas del sol y la contaminación, porque las células madre con ADN dañado producirán células cutáneas mutadas.

¡Las proteínas son clave para el funcionamiento normal de la epidermis y sus anclajes a la dermis, de manera que proteger las proteínas de la piel frente a las especies reactivas de oxígeno (ROS *) y reparar las que estén dañadas es clave para proteger tu piel para que a su vez tu piel pueda hacer el trabajo de proteger tu cuerpo todo!

En Skin Actives tomamos en cuenta toda esta información cuando elegimos nuestros ingredientes y hacemos las fórmulas de nuestros productos.

 

Traducido por la Dra Cecilia Hidalgo