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Engañar al lector (que se deja engañar)

Lo que me enseñaron al hacer mi doctorado fue a leer un artículo omitiendo el resumen y las conclusiones. La idea era dejar que los hechos, según los describían los autores, te contaran la historia, y de este modo no dejarse engañar por las ideas de los investigadores.

Incluso omitiendo la publicidad, podés ser engañado si los autores expresan erróneamente sus hallazgos, pero esto es menos común. En este caso, los científicos fraudulentos saben que están mintiendo. Si sus hallazgos son importantes, otros intentarán repetir los experimentos, y si los resultados difieren, finalmente se revelará la estafa.
En el cuidado de la piel, es más común encontrar que la mala investigación pasa a los editores de las revistas. No especulemos por qué ha sucedido esto en el caso que te contaré y del que solo expondré los hechos.

Taub A, Bucay V, Keller G, Williams J, Mehregan D. (2018) Multi-Center, Double-Blind, Vehicle-Controlled Clinical Trial of an Alpha and Beta Defensin-Containing Anti-Aging Skin Care Regimen With Clinical, Histopathologic,

Taub A, Bucay V, Keller G, Williams J, Mehregan D. (2018) Ensayo clínico multicéntrico, doble ciego y vehículo- controlado de un régimen de cuidado de la piel antienvejecimiento que contiene alfa y beta defensina con evaluación clínica, histopatológica, inmunohistoquímica, fotográfica y ecográfica. J Drogas Dermatol. 1 de abril de 2018; 17 (4): 426-441.

El título suena “super duper” científico. Pero cuando leés los resultados, todo se derrite.

¿Por qué? ¡Porque el “régimen de cuidado de la piel antienvejecimiento que contiene alfa y beta-defensina” contiene dos proteínas, alfa-defensina 5, beta-defensina 3, MÁS montones de ingredientes que ni son mencionados en la conclusiones!

Todo es un ejercicio de futilidad. Si querés averiguar, por ejemplo, qué hace en la piel el ingrediente A, prepará un tratamiento que contenga A, más un placebo sin A. Compará A versus No A.

En este caso, parece que los autores no entienden ni aprenden nunca lo que se supone que es un experimento. El tratamiento contenía lo siguiente: proteasas (en una máscara), una crema que contenía factor de crecimiento epidérmico, niacinamida, fosfolípidos, antioxidantes, CoQ10, vitamina E más otras vitaminas y los dos péptidos “mágicos”. Además de estos, también había un suero que contenía factor de crecimiento epidérmico, niacinamida, fosfolípidos, CoQ10, aminoácidos más las dos proteínas milagrosas. ¿El control? portadores sin factor de crecimiento epidérmico, niacinamida, ácido hialurónico, vitaminas, etc.

¿Conclusiones de los autores? ¡Las proteínas milagrosas trastornarán el mundo del cuidado de la piel!

Y ahí estas vos. Si gastas dinero en este tratamiento, ¡de quien se están riendo es de vos!

 

Traducido por la Dra Cecilia Hidalgo