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¿Así que no querés sulfatos en tus productos para el cuidado de la piel?

Será mejor que lo vuelvas a pensar. El sulfato es solo una de las formas en que las formas de vida, incluyéndonos a nosotros, toman el azufre del medio ambiente.

Es posible que tengas sensaciones negativas acerca del azufre si vivís cerca de un volcán que emite gases con olor a azufre. Si creés en la existencia del diablo y el inframundo, podés asociar el olor a azufre a cosas malas o al Holemouth de Buffy. Asimismo, si trabajás en un laboratorio que tiene problemas de drenaje (¡el viejo laboratorio de Michigan State Biochem!), el olor a sulfuro de hidrógeno puede ser una advertencia para que presten atención a los drenajes (sugerencia: mantené los desagües húmedos).

¿Dónde está el azufre? En cualquier parte de tu cuerpo. En tu cabello, en tus células, en tu piel. Y eso es bueno. En orden de abundancia, el azufre es el quinto elemento en la Tierra y lo usamos mucho. En los productos de Skin Actives encontrarás algunas proteínas que, trabajando en armonía con el glutatión, contribuyen a mantener nuestras células en funcionamiento: tioredoxina, glutaredoxina, MSRA y MSRB. También encontrarás sulfatos en las complejas fórmulas que diseñamos para mantener tu piel y cuero cabelludo saludables.

Entonces, ¿por qué algunas empresas incluyen “sin sulfatos” en la propaganda de sus productos? Para mí, no tiene sentido, porque para mantenernos vivos necesitamos el azufre de una forma u otra.

Como es habitual en la industria, historias antiguas se convierten en un material alarmista así como en una forma de venderte productos que no contienen X o Y, incluso aunque las personas que los venden no tengan idea del origen y por qué de la historia. Por lo que leí, parece que hace mucho tiempo un producto químico (uno en un millón) que incluía sulfato en su nombre terminó resultando asociado a un riesgo para la salud. A partir de entonces, personas que no entienden la nomenclatura química decidieron que cualquier cosa que llevara el nombre de sulfato era mala para vos.

Entonces, cuando alguien quiera venderte algo sin sulfatos, preguntale por qué eso sería bueno para vos. Si te dicen que lo es porque los champús que contienen sulfato son malos, deciles que no es el sulfato lo que causa problemas sino la porción de lauril (dodecil), que hace que el lauril sulfato de sodio sea un detergente fuerte. Todavía es bueno para lavar los platos o hacer burbujas. ¡Y haceles saber que ellos (la gente que intenta venderte productos) están llenos de sulfatos!

 

ADVERTENCIA: Estas afirmaciones no han sido evaluadas por la FDA y no tienen el propósito de diagnosticar, curar, tratar o prevenir ninguna enfermedad.

Traducción por gentileza de la Dra Cecilia Hidalgo.